Hoy, más que nunca, ¡gritan!
Gritan que debemos aceptar, a como dé lugar,
esas migajas que tiran,
migajas de ese pan que puede saber a esperanza, a veces,
pero que hoy, una vez más,
está mojado en sangre...
Griten, sigan gritando…
Pero no vamos a estrechar las manos de quienes cenan con nuestros verdugos...
¡Porque podemos gritar más fuerte!
No hay comentarios:
Publicar un comentario